Practicamente, hoy el mundo se pudo haber quemado, mis tennis pudieron haber explotado con mis pies dentro y seguramente hubiese mantenido la bendita actitud displicente que me ha gobernado la mayor parte del día.
No tuve un gran día, y eso que pasaron bastantes cuestiones de alto calibre desesperante y heme aqui, puedo decir que al menos por unas horas todo se me resbaló con singular alegría.
Recuerdo la persona que me instruyo en el arte de la displicencia; durante años fue un enigma para mi el descifrar cómo le hacía para que las cosas no le afectaran tanto, o al menos como lograba un tan sofisticado sistema de bloqueo positivo. Al pasar de los años, puedo decir orgullosa que esa persona me dejó entre muchas otras cosas, un cierto aprecio a la vale madrez que explayo el día de hoy...
Todavía quedan unos cuantos puntos que mejorar en esta labor de crear paredes para cuestiones faltas de importancia, pero voy mejorando, pasito a pasito, barrera tras barrera... sólo por mi, y mi sanidad mental.
2 comentarios:
solo por ti, esa es la palabra clave!
;)
Y si, hasta que por fin hago las cosas por mi y no por que no me queda de otra jaja!
Saludos kiwi feliz!
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