Este año ha sido de transición; una tras otra han sucedido, impactado mi vida de tantas maneras, que ya mi cuerpo y mi mente aceptan el cambio casi de manera tan instantanea y mecánica, que incluso asusta.
Es por eso que no ha de ser sorpresa, que eventualmente, tanta pasividad receptiva, explotase, y me diera cuenta de que si hay sentimientos y frustraciones dentro de mi, aguardando reaccionar a los cambios. Ahora esta semana he extrañado mucha de las cosas que rodeaban mi vida antes de la transición... he derramado una que otra lagrimilla furtiva por ahí, y he definido mi nuevo rol de estar sola como un reto que enfrentar. Lo bueno del asunto es que tengo un aura positiva que me acompaña durante este proceso; alguien que salva mi desnefrenado ser, y me hace tocar la realidad con su mera presencia... durante los últimos 6 meses, ha hecho de mis cambios, situaciones más llevables y disfrutables...
Ahora sólo hay que reformar lo que necesita ser cambiado de mi ser, para poder convertirme yo también en la fuerza que él ha sido para mi... Una transición más solo requiere de huevos... bueno, ovarios... y de valor, que estoy segura encontraré para salir adelante.
2 comentarios:
Sí, sí, sí, muchos ovarios.
Échale ganas.
Gracias Flaca!!!
Un besote!!
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