viernes, 5 de octubre de 2007

La evasividad del pensamiento abstracto

La vida es automática; o uno comienza a vivirla en automático después de un tiempo. Los movimientos se tornan mecánicos y los pensamientos no fluyen con su abstractez cotidiana. Hay muchos tintes entre negro y blanco, y con los quehaceres de la vida diaria, se tornan de pronto en una mancha borrosa en lugar de ser la gran variedad de tonalidades que nos ofrece la vida.
Mi vida entre semana, ha decir verdad la vivo casi así, con el simple afán de pasar la existencia, añorando que llegue el fin de semana, tiempo en el cual me convierto en el verdadero ser humano que soy, que piensa, analiza y desea bastantes cosas. Entre semana a veces me siento medio muerta; y no por el cansancio del trabajo, sino por la carencia de una vida más allá de mis labores cotidianas y expectativas vanas... hay días con destellos de algo mejor, sin duda alguna; esta semana, desplegue todo mi amor y sentir en una carta, y hubo una explosión interna de felicidad, que hizo que valieran la pena los días vagabundos que incluyen los lunes, martes, miércoles, jueves y viernes...
Le doy la bienvenida al fin de semana, que trae de nuevo mi pensamiento abstracto, mi creación de proyectos mentales, mi flujo de eterna complementación... probablemente no haga nada que sea recordado en los libros de historia de un lejano porvenir, pero apuesto lo que sea, a que estos días, seré feliz antes de volver a la monotona agonía semanal...

1 comentario:

Quekan Brons dijo...

Evasividad. Al resolver problemas creo que empezamos a “evadir el evadir”, osea a ser conscientes que no se resuelven solos, y que las cosas que quedan latentes o pretendemos desconocer, en el peor momento nos atacan.