martes, 10 de abril de 2007

El escrito inédito de mi cuaderno blanco

Esto lo escribí hace un poco más de una semana, pero en el momento de la inspiración, no tenía una computadora cercana asi es que vacié todo en un cuaderno, y ahi se quedó. Hoy es hora de que vea la luz, ya que es algo que sigue tan vigente como entonces...

Tenía los ojos tristes y una cicatriz en el alma que no la dejaba respirar. Huía constantemente del dolor que otros labios le habían infligido con tanta fuerza.
Había una desconfianza inmensa dentro de su ser, un látigo que no le permitía creer en sus más profundos deseos.
Se escuchaba a sí misma diciendo que todo era una cursilería, estupideces sin sentido que sólo permanecerían vivas unos meses y se escaparían con el viento.
Llegó incluso uno que la amó tanto y ella fue incapaz de mirarlo siquiera. Ahora la puerta se volvía a abrir, trayendo consigo las esperanzas que se creían perdidas; se sumergió en su abrazo y se sintió protegida, y un millón de emociones brotaron de su corazón, pero no hubo palabra alguna que saliera de su boca.
Afligida, como estaba, no era capaz de darlo todo, de dejarse llevar por completo. Sentía que todos a los que alguna vez amó le habían destrozado el corazón de algun modo.
Pero él, era diferente, lo podía sentir tan cercano, a pesar de la distancia, y tan suyo como si no hubiese existido nada antes de su presencia.
Ardía en deseos de creer que esta vez, alguien la amaría tal como era, sin pensar por un segundo en lo imperfecto de su ser. Algunas noches pensaba que no podría soportar otro rechazo, otra desilusión.
Mientras se secaba la humedad de sus ojos, escuchaba a su alrededor, para ver si en alguna melodía encontraba la paz. Lo único que percibió fue la voz de sus propios recuerdos, una memoria inerte que ocupaba su eterno pensar...

1 comentario:

kiwi dijo...

Animo, leeme ;)

saludos