Hoy es uno de esos días en que, seguramente, si fuese navidad, hubiese quitado todo el árbol, esferas, adornitos, nacimiento, sin cansarme ni un segundo; o acaso uno de esos sábados que despertaba con un afán hacendoso irresistible y volteaba mi cuarto patas arribas y lo volvía a acomodar todo, y aún así me quedaba con ganas de hacer más.
Es un buen día en que reanimo mi independencia del mundo y arreglo mis cosas yo solita; por fin pude sacar un video que llevaba atorado meses en una videocasetera que ni siquiera funcionaba. La desmantelé cuidadosamente, y voilá! el video volvía a mi posesión después de sus largos meses de ausencia. Pedí ese favor varias veces a diferentes personas durante ese tiempo, y yo sola lo logré.
Decidí que me quedaría en mi trabajo otro año más, ya que no tengo nada que perder, pero en mi hiperactividad, me puse a buscar otras opciones, y encontré 4 que me hacían ojitos pispiretos, y por primera vez, no solamente me quedé contemplando la hermosura de un futuro inventado en mi cabeza, sino que me puse los ovarios en su lugar, y mande mi curriculum. La vida no me puede seguir cayendo del cielo eternamente.
Sigo con mucha energía que espero utilizar provechosamente por el bien de la humanidad; casi termino un trabajo que ya me tenía harta, y tengo visiones de que todo cae en su lugar adecuado, en una serie de eventos destinados a ocurrir desde tiempos ancestrales violetas.
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